Los humanos tienen la tendencia de volver una y otra vez sobre el mismo error, el orgullo y el miedo en muchos puede más que cualquier disculpa sanadora a través de un llamado telefónico, o de querer cara a cara como corresponde aclarar lo que se entendió mal, o lo que no se tuvo en cuenta ...
Francamente no puedo entender como la mayoría de las personas pueden seguir adelante llevando muchas veces su mochila cargada de tristeza, miedo o culpa por una separación creada, por no medir las palabras, por no valorar a quien tenemos ante nuestros ojos y que seguramente, nos ha dado el tiempo para escucharnos y acompañarnos. El tema es también ... cómo se interpretan los silencios sobre todo en situaciones en donde el otro no puede modificar su reacción y en acto seguido el pedido de perdón se hace casi infinito, para volver al poco tiempo a la misma acción, en donde se necesita siempre una víctima, para descargar resentimiento, ira, mandato familiar, desamor.
Es necesario reflexionar, estar a solas para darnos cuenta de nuestro comportamiento, preguntarnos qué está pasando en nuestro ser para tener una conducta que no es la adecuada o en otro caso preguntarnos porqué sigo con alguien que no merece mi respeto, mi amor, en donde hay una gran ausencia de actitudes amorosas que todo ser humano necesita transmitir para tener la misma devolución, siendo fundamental poner en el momento justo el límite para no repetir volviendo al lugar de víctima.
No todos tienen todo claro y aquí tenemos otra cuestión ... el tiempo, tiempo para ver con claridad, madurez, sentido común, compromiso, amor sano y verdad ... lo que necesitamos para vivir como merecemos !
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