Pasamos años tratando de encontrar respuestas y casi a más de la mitad del camino algunos logran entender que era fácil solucionar problemas y que no tenía sentido tanta angustia, dolor o frustración. Tener la seguridad de quienes somos y para qué estamos en esta vida es fundamental, porque todos tenemos una misión a través de los diferentes trabajos o tareas que realizamos.
Como directa y clara tenemos la de lograr que las personas no se critiquen, no se lastimen, no se aislen, no juzguen, no falten el respeto, no maltraten, no manipulen, no abusen, no discriminen, no necesiten del alcohol ni de drogas para sentirse bien.
Para poder ayudar a eliminar estas conductas es necesario intervenir, ya sea según los casos denunciando en situaciones límites para evitar lo peor y en los otros, hacerles ver en ese mismo momento en que ocurre una situación injusta, que están equivocados, mostrándoles su error. Cuando la mente conserva pensamientos negativos no pudiendo superar traumas, pérdidas y vuelve una y otra vez a repetir historias cae, por no encontrar quien lo escuche y lo guíe para volver al camino de la Luz.
Intentar ayudar al otro a cambiar es nuestra responsabilidad como seres humanos, si después de intentarlo permanece igual, correrte para no contaminar tu energía será parte de una sana elección.
La actitud de quien es testigo de injusticias cotidianas puede contribuir sin mayor esfuerzo a solucionar conflictos y separaciones innecesarias, pero tienes que involucrarte para reconocerte como un ser valioso que ha desarrollado su autoestima y personalidad transformándose en un ser libre que se ama y ama a sus semejantes.
El amor tiene un gran poder transformador que al sentirlo profundamente logra cambios impensados, una vez que lo sientes en lo más profundo de tu ser fluyes, dejándote llevar sin darte cuenta ... de que Dios, Universo o como tu quieras llamarlo, está siendo reconocido y habitando en ti desde siempre !
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